“Arrogancia” 2024
~ Audiencia General, 22 de mayo 2024. Esta mañana tuvo lugar la audiencia general. en la Plaza de San Pedro, donde se reunió el Santo Padre Francisco. Hoy, en nuestro recorrido catequético sobre vicios y virtudes, llegamos al último vicio: la soberbia. Los antiguos griegos lo definían con la palabra “PAPA”. La humildad es fuente de paz en el mundo y en la Iglesia. En la catequesis final del ciclo sobre vicios y virtudes, el Papa Francisco reflexionó: Guilarte lamenta haber actuado con “arrogancia” cuando pensó que su propuesta podía conducir a la renovación del CGPJ. Los colegios judiciales y los juristas no están de acuerdo: “demasiada arrogancia, piensa él”. “Usted cree en la muerte”: Los duros insultos contra Leonor Varela. El nuevo jurado de Got Talent Chile recibió varias preguntas desde ~ Dublín, Prensa Latina. El Atalanta italiano abre hoy con éxito su casillero de títulos en la Liga Europea de Fútbol: el Bayer Leverkusen. En el mal del orgullo, continuó el Papa, está la absurda pretensión de ser como Dios y, por tanto, el pecado radical. Arruina las relaciones humanas, envenena el sentimiento de fraternidad que debería unirnos a todos. El arrogante también se revela como tal en su físico y en determinadas posturas: SOBERBIA es un libro de Recaredo Veredas. Descubre todos los libros sobre libros, literatura, novela contemporánea y ficción española en La Vanguardia. Frases impactantes para dejar atrás el orgullo y la soberbia y encontrar la humildad. 1. “El verdadero valor está en reconocer nuestras limitaciones y aprender de ellas”. Dejemos de lado el orgullo y la arrogancia para encontrar la humildad, esa virtud que nos permite crecer y desarrollarnos como personas. La palabra orgullo proviene del latín “superbia” y describe un sentimiento de sobreestimación de uno mismo, de sobrevaloración. Es un sentimiento de superioridad que lleva a uno a presumir de las propias cualidades o ideas y a despreciar las de los demás. El orgullo se diferencia del orgullo en que el orgullo nos hace creer que somos autosuficientes y que no necesitamos a otros para cambiar el mundo. La arrogancia política y el autoritarismo son hermanos siameses que se retroalimentan y, en última instancia, destruyen el tejido social de una comunidad. Este vicio nos hace pensar que los demás son objetos.,